Explicación de la "Carta fundacional" y su significado en el rol.

La "Carta fundacional de la República", que con tanto esmero redactamos, cumple dos funciones básicas en nuestro contexto:

La primera es sentar la base del rol y el Estado donde éste se desarrolla, dándole cierta lógica y coherencia (Quien manda, qué se puede hacer y qué no, quien es quien...). A la hora de rolear en la República será necesario tener en cuenta los artículos de la Carta, de las leyes senatoriales y de otras normas. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, un grupo hostil intentara destruir la República mediante acciones más o menos "vandálicas"? ¿O si una secta que adora a un maligno dios y sigue prácticas peligrosas intenta establecerse en la República? La Carta ya da respuesta a eso en su Título relativo al "Estado de emergencia" y en la ley senatorial de libertad religiosa. Es decir, se sabe qué va a pasar en caso de que los personajes lleven a cabo ciertas acciones, y debería ser posible llegar a planteamientos interesantes con ello.
Además, elimina la idea del "Estado débil": Hemos ideado esta República como un Estado fuerte, sólido, bien organizado y mejor armado, y así lo hemos plasmado en la Carta. De este modo la República será una zona neutral que permita un rol abierto, para toda clase de personajes, sin excesivas trabas, pero no una tierra de nadie que cualquiera pueda doblegar o destruir sin esfuerzo.

La segunda función importante de la Carta es indicar a los usuarios del foro qué camino pueden seguir en el rol. Implícitamente, en el desarrollo de sus instituciones, la Carta enumera bastantes cargos que a mí al menos me resultan interesantes: Senador, burócrata (Administración civil), miembro u oficial de la Gurdia urbana, juez, miembro de las Fuerzas Armadas... Es decir, que se intenta huir del cliché de que todos los personajes sean guerreros solitarios sin afinidad ni oficio. En este sentido conviene recordar que la lógica a la hora de guiarse por estos cargos es fundamental: Es muy improbable que alguien que no pertenezca a la aristocracia ocupe cargos políticos o militares, por decir un ejemplo.

Es importante indicar que ciertos cargos, de momento, no están a disposición de ser controlados por una persona. Sería muy fácil incluir en la ficha que se es el Jefe del Estado, pero desde luego, bastante injusto y poco serio. Es por eso que, hasta determinar cómo interpretaremos los altos cargos del Estado (materia que aún tenemos pendiente), los usuarios solo podrán hacer sus personajes en "escalas medias" de mando: Senadores, jueces, y dentro de la escala militar no más allá de Mayor. Creemos que evitará conflictos y hará el rol más interesante.

Señalar además que la mayoría de las "lagunas legales" y posibles contradicciones de la Carta son intencionadas; No hemos intentado redactar un texto constitucional perfecto, sino uno que de juego y a la vez resulte básico y razonablemente completo. Los usuarios con ganas de ir más allá podrán explotar este filón en tramas que, creo, deberían resultar muy interesantes.